“DIEZ LECCIONES DE LIDERAZGO DURANTE UN DÍA DE PESCA”
Hace unas semanas cumplía otro objetivo de esos que uno tiene en su lista de cosas que le gustaría hacer algún día. Yo soy mucho de vivir experiencias nuevas y de estar continuamente aprendiendo. Así que esa semana de desconexión en el pueblo de mi mujer Bembibre (Léon), cumplí uno de esos objetivos. Aprender a pescar y de paso pasar un día con mi cuñado Javi Marques Álvarez. La experiencia debo admitiros que fue muy buena, no solo porque cumplí un objetivo más de mi lista de pendientes que os contaba, sino porque me acercó mucho más a él. La experiencia nos ayudó a conocernos más y mejorar nuestra relación.
Al margen de pasar tiempo con él, también pude conocer dos lugares preciosos en La Coruña y El Bierzo que merecen la pena visitar y especialmente si os gusta la pesca. Pero quiero compartir contigo algunas reflexiones que mientras pescaba con él me vinieron a la mente. Por la similitud con lo que sucede en el mundo empresarial y que me apetece compartir contigo en este artículo.
1.Nunca dar nada por supuesto. Hasta el mismo día que fui a pescar, había escuchado a muchas personas decir que la pesca es algo aburrido. Pero la realidad es que depende del tipo de pesca, del lugar, de la compañía, etc. No se puede generalizar desde el desconocimiento y quedarse con lo que digan unas pocas personas, hay que vivirlo en tus propias carnes. En el mundo empresarial sucede habitualmente, que se tiende a generalizar también. No es la primera vez que se descarta una idea, una decisión sin ni siquiera escucharla y ya no te digo probarla. O por ejemplo prejuzgar a alguien, sin pararnos a conocerlo y solo por lo que otros dicen de esa persona. Si eres un líder que gestionas personas, hacerlo es todavía peor.
2.Conocer el terreno.
Lo que más me sorprendió de los dos días que fui al río con mi cuñado y su amigo Miguel (gran persona), fue como mientras algunos pescadores no conseguían ningún pez, él me indicaba los lugares donde estos se ocultaban, comían, por donde bajaban, etc. Parecía que tuviera rayos X en los ojos para un inexperto como yo. Pero la realidad es que no era la primera vez que estaba allí. Ya había aprendido a base de prueba y error y no darse por vencido, a pesar de irse muchas veces de vacío. Al igual que le sucede a los empresarios y emprendedores de éxito, que nunca se dan por vencido. Cada fracaso es una nueva oportunidad de hacer las cosas mejor a la próxima. Y es que cuando uno compite en un mercado con otras empresas, debe conocer perfectamente donde lo hace, conocer a sus clientes (peces), como es su competencia (otros pescadores), etc.
3. Ten siempre una estrategia.
Me resultó tremendamente curioso como en función de la zona, la corriente y el caudal del agua, utilizaba un tipo de caña, un cebo u otro, etc. Además como y donde empezar la jornada y acabar. Las paradas a lo largo del río desde arriba hacia abajo, los momentos para recuperar fuerzas, etc. Nada se realiza al azar. También en la empresa es clave tener una estrategia y además tener la suficiente flexibilidad para que cuando cambia el entorno, el medio, etc. puedas cambiarla. Durante nuestro día de pesca, el caudal del río subió, llovió, etc. y todo eso hizo que tuviéramos que cambiar los planes, movernos del lugar, cambiar la estrategia para conseguir tener más éxito.
4. En un equipo todos suman y el líder es el responsable.
Durante el día yo no pesqué pues tienes que tener licencia y es todo un mundo, pero fui el ayudante. Ayudé a movernos de un lado a otro con el vehículo, llevaba la caña, utilicé la red, etc. Pero me sentí exactamente igual que si hubiera pescado. El motivo es que en todo momento, la persona que me acompañó me hizo sentirme bien. Se mostró preocupada e interesada en cómo iba, como lo estaba pasando, etc. También en responder mis dudas y preguntas. En hacerme sentir participe del momento. Te imaginas si en las empresas sucediera lo mismo y que tratáramos a todos los colaboradores de igual forma, haciéndoles sentir importantes ¿Qué pasaría? Pues que el segundo día que te llaman para ir nuevamente a pescar (como fue mi caso), marches encantado. Pues lo mismo en el trabajo, ir con la misma ilusión que el primer día a darlo todo, es posible cuando tenemos jefes que valoran nuestro trabajo y nos hacen sentir importantes.
5.Celebrando los éxitos entre todos.
Cuando se consigue un objetivo siempre es importante celebrarlo. No es necesario que sea un objetivo extraordinario, cada pequeño detalle cuenta. En mi experiencia personal, a mitad de mañana, paramos todos y disfrutamos de un buen almuerzo en el que intercambiamos lo que cada uno había llevado. En mi caso por ser el nuevo, recibí más que dí y cerramos la jornada con una mejor cena. Que por cierto nos permitió conocernos mucho más y ponerle un broche de oro a aquella jornada. En las empresas es importante que celebremos con nuestros equipos siempre todo lo que podamos. Es la mejor forma de mejorar la confianza y el compromiso, ambos pilares fundamentales en la gestión y dirección de equipos.
6. Sostenibilidad.
Al igual que ocurre en el mundo empresarial hay empresas y empresarios que compiten contigo y algunos con no muy buenas prácticas. Así por ejemplo de mi experiencia descubrí, que hay pescadores furtivos, que emplean anzuelos prohibidos, que capturan peces que no se pueden coger por su tamaño, en lugares protegidos, etc. Las malas artes existen en todos los sitios y la falta de escrúpulos también. De ahí la importancia que tiene el término sostenibilidad en nuestras decisiones y acciones, también en la empresa.
7.La comunicación.
A lo largo de aquel día, recuerdo cómo íbamos por el río con el agua en los pies y hablando de nuestros temas personales, de hobbies, del mundo de la pesca, etc. Es decir es un deporte que permite mejorar la confianza y la relación con la persona que te acompaña. Principalmente por el tiempo que pasáis juntos y que te recomiendo. En la empresa sucede lo mismo, cuando trabajamos codo con codo con nuestros colaboradores y abandonamos los despachos y nos ponemos el traje de faena, la relación, la comunicación, la confianza, la motivación, el compromiso, etc. se elevan, llegando los resultados y los éxitos. Así de fácil y así de complicado de entender para algunas personas.
8.El hábito si hace al monje.
El hecho de que acompañara a mi cuñado con unas botas de agua que me prestó, pudiera coger la caña, portar los peces, etc., hizo que rápidamente me integrara en la misión y me sintiera como si llevara haciéndolo toda la vida. Dice el refrán: “El habito no hace al monje, pero yo opino que sí y además ayuda y mucho. Por supuesto todavía más la dedicación que ponemos al novato, al igual que sucede en las empresas. Los primeros momentos y de cómo hagamos el aterrizaje del recién incorporado, resultará el posterior rendimiento e involucración de este.
9.El factor suerte.
Es curioso pero muchas veces la gente suele decir aquello de que: “tiene buena o mala suerte en su vida”. Pero la realidad es que la buena o mala suerte no existe, al igual que en la pesca tampoco. Todo depende de lo que te mojes y nunca mejor dicho.
De aquel día aprendí que cuando no salen las cosas como uno quiere, pues hay que moverse a otra parte. Emplear otra estrategia, persistir, analizar que ha sucedido, motivarse uno a otro, andar kilómetros por el río, etc. No podemos quedarnos parados lamentándonos por el día. Debemos buscar la parte positiva de cualquier situación, que no pesco no pasa nada, he disfrutado en buena compañía con mi cuñado.
En la empresa y hablando de liderazgo sucede lo mismo. Las personas exitosas no solo tienen un golpe de suerte, son personas que se han mojado, que han tomado decisiones, que están en un continuo cambio y movimiento. Porque si te paras te adelantan, así de sencillo. No digas que no te he avisado.
10.Disfruta cada momento como si fuera el último.
La vida son todos los pequeños momentos que vivimos diariamente solos o en compañía. Y de cómo afrontemos cada nuevo día, así nos va a ir la vida. Por lo que mi consejo es: disfruta cada pequeño momento, cada nueva experiencia como si fuera la última, algún día lo será.
La actitud mostrada cuando uno va a trabajar es fundamental para poder disfrutar todas las horas que uno pasa en el trabajo y además sentirse participe de algo. Cuando aprovechamos cada pequeño instante como un día de pesca y ponemos actitud y nos rodeamos de gente mejor que nosotros en algo concreto, uno disfruta y además aprende.
En las empresas sucede lo mismo, cuando ponemos a alguien con más conocimientos y experiencia, lo que se conoce como un mentor o alguien decide contratar a esta figura para ayudarle en su proyecto profesional todo resulta más sencillo y además se disfruta más. Por eso aunque puedes ir a pescar solo y hay mucha gente que lo hace y también lo disfruta, ir a pescar acompañado es muy aconsejable.
Por último si tú que me estás leyendo eres un empresario, emprendedor, directivo, un profesional; que quieres mejorar y conseguir tus objetivos, mi recomendación es rodéate de gente que sea mejor que tú en esa habilidad que necesitas desarrollar. Profesionales que compartan contigo sus conocimientos y experiencia. Porque si lo haces acompañado no solo te resultará más fácil y tendrás más opciones de tener éxito, sino que además lo disfrutarás mucho más.
¿Viajamos juntos al éxito?
Javier Giménez Divieso