EL PROYECTO ISLERO: LA BOMBA ATÓMICA MADE IN SPAIN

EL PROYECTO ISLERO: LA BOMBA ATÓMICA MADE IN SPAIN

La Fiebre Atómica fue aquello que sacudió al mundo tras el fin de la II Guerra Mundial y que protagonizó la Guerra Fría. Todos los países, en especial Estados Unidos y la Unión soviética, querían porque, tras lo sucedido en Hiroshima y Nagasaki en 1941, se veía a la Bomba atómica como la única manera de mantener la paz. Actualmente, muchas naciones siguen pensando lo mismo. España, ahora mismo, no tiene este tipo de armamento, pero lo intentó con el llamado Proyecto Islero.

Queriendo ser como los mayores

En la década de los 50 del siglo pasado, el futuro se veía como un mundo en el que el principal motor en todos los aspectos de la vida iba a ser la energía nuclear. Incluso la principal fuente de paz. Tras Hiroshima y Nagasaki, Estados Unidos mostró al mundo una arma disuasoria contra cualquiera que creía que podía atacarlos.

De esta manera, la URSS, la otra superpotencia surgida de la IIGM decidió hacer lo mismo y desarrolló su propia bomba nuclear. En el caso de España, eso no era posible por el aislamiento internacional que vivió hasta 1953, con los Pactos de Madrid, donde los EEUU reconocían a la España franquista como un aliado y, por lo tanto, se acababa el aislamiento internacional suministrándole ayuda militar y económica a cambio de poder instalar bases militares americanas en territorio español.

Este tratado abrió las puertas al objetivo del general Franco de meterse en la carrera nuclear para desarrollar armas nucleares para defenderse de ataques exteriores, como una posible invasión de las posesiones africanas que tenía España por parte de Marruecos. Este objetivo se vio más cerca tras la firma del Acuerdo de Cooperación Nuclear con Estados Unidos en 1955. Con estos ingredientes, el régimen franquista inició un programa nuclear para desarrollar armamento nuclear bajo el nombre de Proyecto Islero, llamado así en honor al toro que mató al torero Manolete en la Plaza de Toros de Linares el 29 de agosto de 1947.

El proyecto y un golpe de suerte

El Proyecto Islero se dio por iniciado en 1963 bajo las órdenes del general del Ejército del Aire y científico experto en el tema, Guillermo Velarde. La idea del proyecto era crear un reactor nuclear y una bomba de plutonio. La idea era probar estas armas en el desierto del Sahara español.

Por suerte, para Velarde, la solución para acelerar el proyecto vino caída del cielo, y nunca mejor dicho. El 17 de enero de 1966 un avión militar estadounidense cargado con cuatro bombas termonucleares chocó en el cielo de Almería con otro avión. Como resultado, las bombas cayeron en la playa almeriense de Palomares sin, por

suerte, llegar a explotar. Mientras, el ministro Manuel Fraga y el embajador americano se hacían las famosas fotos bañándose en la playa de Palomares para demostrar que, tras recuperar las bombas y limpiar la zona de material radiactivo, Guillermo Velarde y su equipo fueron al rescate de los explosivos para poder estudiarlos a fondo.

Las investigaciones dieron sus frutos y Velarde pudo haber imitado las bombas termonucleares norteamericanas. Franco estaba a favor del proyecto, como ya he mencionado, pero tenía sus reticencias, ya que, si Estados Unidos descubría que España estaba trabajando en la creación de armamento nuclear a partir de su propio armamento, era muy posible de que les cayeran sanciones internacionales que echaran para atrás todos los progresos que se estaban consiguiendo.

Es por eso que, el dictador, quiso “posponer” (que no paralizar) las investigaciones. Durante los años siguientes, el Proyecto Islero continuó desde una base de investigación hasta que España no se adhirió al Tratado de no Proliferación Nuclear de 1968. Con este paso previo, a principios de los años 70, Velarde fue autorizado para reanudar el proyecto de manera activa y la central nuclear de Vandellòs (Tarragona), que se inauguró en 1972, fue la elegida para producir los primeros gramos de plutonio para las bombas. Por parte del gobierno, tanto los presidentes franquistas Carrero Blanco como Arias Navarro y el presidente del gobierno de la Transición, Adolfo Suárez, apoyaron el programa nuclear.

El fin de “Islero”

Tras la moción de censura a Adolfo Suárez y el fallido golpe de estado del 23-F, en 1981 se nombra un nuevo gobierno presidido por el socialista Felipe González. El nuevo gobierno y el Congreso de los Diputados aprobaron que España se acabara adhiriendo a la OTAN y al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en 1981 y se firmó el Tratado de no Proliferación Nuclear en 1987. De esta manera, España renunciaba a convertirse en una potencia nuclear y ponía fin al Proyecto Islero.

Carlos Llanas

@carlosllanas_ @rincondhistoria